Tratamiento del Duelo

Cuando el duelo es normal y cuando puede ser un problema

Se puede decir que estamos en un proceso de duelo adecuado cuando:

• La pena se expresa normalmente.
• Tiene una duración limitado en el tiempo (aproximadamente entre uno y dos años).
• Pasados los primeros días, el doliente realiza las actividades de la vida cotidiana con “normalidad” aunque con ánimo apático y ansiedad.
• Tras los primeros meses la angustia disminuye sustancialmente y la persona inicia un proceso de reconstrucción vital. Aunque en muchos momentos del proceso la afectividad no funciona a los mismo niveles que lo hacía antes de la pérdida, sí que se restauran las funciones básicas (apetito, sueño, deseo sexual…), se realizan las actividades habituales y se van recuperando los estado de ánimo positivos que cada vez tiene una mayor presencia.
• No hay momento final establecido, pero se puede decir que el proceso tiene una resolución positiva cuando desaparece la amargura y el doliente es capaz de pensar en la persona que se ha perdido con afecto y serenidad.

Existen complicaciones cuando:

• La pena no se expresa en absoluto ni siquiera pasados los primeros días o aparece con la misma intensidad durante un largo periodo de tiempo, semanas o incluso meses.
• Se muestra incapacidad para desvincularse del fallecido. Este fenómeno se expresa mediante culpa excesiva o autorreproches.
• Se es incapaz de recomenzar la vida en un nuevo marco sin el fallecido. Sucede cuando las personas no pueden volver al trabajo, realizar actividades sociales, etc.
• A partir de los seis meses del fallecimiento, aparece cualquier alteración mental (fundamentalmente depresión, ansiedad, alucinaciones).